Un ciclo de 535 días, el día 31 plantamos y el 6 quemamos para volver a empezar, algo que comenzó el 21 de marzo de 2019.
Todos los ciclos falleros son una nueva aventura, son nuevos proyectos y nuevos trabajos. Sobre todo cuando firmas con una nueva Comisión, el ciclo que comenzó por aquel lejano ya marzo de 2019 constituía un doble reto, firmar con la Falla Pérez Galdós - Calixto III por primera vez, junto a cambios sustanciales en el equipo de trabajo para nuestro regreso al “Cap i Casal”. Y con todo ello comenzamos a trabajar en "Somiaven amb la lluna"
El año de trabajo transcurrió dentro de los parámetros normales y habituales, avanzábamos aumentando el frenesí del taller, los colores, las ideas de última hora, se agolpaban en nuestras cabezas conforme se aproximaba el 14 de marzo de 2020... a la vez que esto ocurría, una nube negra se avecinaba sobre nuestras cabezas... el día 10, a tan sólo 4 días de plantar, de descubrir al mundo nuestro nuevo proyecto y todo el trabajo de un año... el jarro de agua fría, se suspendían las fallas, todos sabemos lo que ocurrió después... confinamiento, encierros, cuarentenas, restricciones... cómo para todo el mundo esto nos supuso un shock, en nuestro caso fue muy fuerte ya que nos encontrábamos en un momento de plena ebullición creativa y para no mentir bastante nerviosos ante la inminente plantà.
Tras este duro golpe, se nos anunció que plantaríamos en julio 2020, no fue así, por un breve plazo se especuló con octubre para pasar directamente a marzo de 2021 cosa que tampoco ocurrió... en todo este tiempo debemos dar las GRACIAS a la Falla Pérez Galdós-Calixto III, que en todo momento nos mostraron todo su apoyo y ayuda incluso nos renovaron para 2022 sin haber visto nuestro proyecto acabado, en la calle, cumpliendo su función.
Con todo este tiempo pasado... llegamos a finales de agosto, teniendo las fallas en septiembre, las fallas más atípicas que recordamos. ¡Por fin podíamos mostrar nuestro trabajo!
No fue tan fácil... en el transporte, uno de los listones que conforman la escalera de nuestra luna se rompió y todo el centro de nuestra fallita se vino abajo. Aún nos quedaban varios días de intenso trabajo. En la demarcación ya, trabajamos, arreglamos la escalera y con la inestimable ayuda de los falleros la levantamos “al tombe”. Fijamos la luna y la escalera en el lugar donde ya permanecería hasta cumplir su destino.
Antes del propio día de la plantà nuestro centro aún debería sufrir la embestida de una fuerte tormenta la tarde del lunes que no afectó a la propia estructura ni a la luna.
Por fin, llegó el día P, el 31 y “Somiaven amb la Lluna“ poco a poco durante el día fue creciendo, fue plantándose y rematando detallitos. Además de plantar una falla, buscábamos enseñarle cositas a los más pequeños (y más grandes) sobre el espacio, las estrellas y principalmente sobre nuestro satélite, la Luna.
El día 1 pasó el jurado y sobre las 8 de la tarde tuvimos la buena nueva... 2 premios!! El 5º de la sección 13 y 3º en Ingenio y gracia. ¡¡Estamos muy contentos con el resultado obtenido!!
El día 6, a las 8 de la tarde, el fuego hizo historia nuestra falla, cerró un ciclo que debió cerrarse mucho antes y nos puso en el camino a otro que (esperemos) llegue a su fin en marzo.
Desde estas líneas queremos dar un enorme GRACIAS a todo el mundo que en mayor o menor medida nos han colaborado a que esto haya sido una realidad: compañeros, amigos y sobretodo a nuestros familiares que siempre han estado al pie del cañón.
